No le falta razón a Gaspar Llamazares cuando proclama que este mundo está al revés, ya que un partido de "derechas" promete rebajas fiscales a los asalariados [IRPF] y otro de "izquierdas" a los ricos [patrimonio].
Son cosas de las campañas electorales, por prometer que no quede. Pero estoy plenamente de acuerdo con el coordinador general de Izquierda Unida al afirmar que rebajar impuestos no es un acto de modernidad, lo moderno y socialmente justo sería gastar la recaudación adecuadamente, por ejemplo en educación, que los datos del Informe PISA nos ha sacado los colores al presentarnos el nivel de nuestros estudiantes, sobre todo en lectura.
Es una incógnita prever como funcionaría un gobierno de IU, pero atendiendo a su coherencia electoral, que yo sepa aun no nos ha enseñado ninguna golosina para tentarnos, y estudiando el trabajo de Rosa Aguliar al frente del Ayuntamiento cordobés, no me desagradaría hacer la prueba.
Sabiendo que sólo un milagro, y LLamazares no debe creer muchos en ellos, le permitiría dormir en La Moncloa, se puede dar el lujo de ser sincero, político y coherente.
Por cierto, fué el único dirigente que tildó la salida de tono de D. Juan Carlos en Chile, de eso, de una salida de tono impropia de un mandatario.
Con IU sería posible?
El mundo al revés
Publicado por
J.R.Justo
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5 de diciembre de 2007
4 comentarios:
Estamos en campaña, J.R. Justo, en campaña. Abriremos puestos callejeros de compra venta de votos, lo verás.
La verdad es que ha merecido la pena. He tenido que esperar no pocos años, pero por fin un gobierno de izquierdas en España y otro mucho más de izquierdas en Cataluña se pasan el día hablando de negocios. Ningún otro asunto les emociona, no hay cosa alguna que les despierte, sólo la pasta. Una izquierda dice que va a soltar tres millones, la otra izquierda se lo mira de reojo y ríe con sarcasmo mientras marea los cubiletes. ¿Tres millones? ¡Ya serán doce! La izquierda primera abre las palmas, "Hombre por Dios, que sean ocho". Uno se hurga el uñero con la navaja. El otro vigila a los maderos. Así todos los días, insuflando ilusión y entusiasmo.
Esta mañana, por ejemplo, a cambio de salvar el sillón de una ministra que a duras penas sabe hablar, mil billones para los gallegos, un banco para los vascos. En fin, ya digo, me siento solidario. Esa palabra tristemente desacreditada, ahora se llena de sentido gracias a los socialistas y sus socios. El Estado le debe dos mil euros a cada madrileño, dice la prensa de Madrid, mil euros a cada catalán dice la de Barcelona. Ni madrileños ni barceloneses forman parte del Estado, son metafísicos, pero pasan grande necesidad de millones.
Yo, la verdad, me alegro. Sólo cuando los socialistas y sus socios superan en ardor capitalista a los conservadores tenemos la seguridad de que los ricos van a estar contentos. Y eso siempre es bueno. En este país, cuando los ricos se amostazan es mejor hacer las maletas. Que la izquierda sólo hable de dinero, por favor, que se pase el día entero regando millones ora en este saco, ora en aquel pocillo, calculando cuánto vale un voto del Senado o uno de Las Cortes, pero que no se distraiga con soserías como el apocalipsis educativo, las mafias criminales, la gloriosa inepcia de la justicia, la barbarie juvenil, el embrutecimiento publicitario, la malignidad de la televisión, los rapiñadores de Telefónica o los estibadores de ganado de RENFE. Que se dediquen al negocio y nos dejen morir de hambre, si es posible. Al fin y al cabo los salarios no han subido desde 1997. Mata, Nerón, incendia Roma, pero, por favor, no cantes...
Artículo publicado en: El Periódico, 1 de diciembre de 2007.
Totalmente de acuerdo en que lo moderno no es bajar los impuestos sino redistribuirlos de una manera correcta. Cuánto ganaríamos con ello!!
Un saludo.
Un anfibio
Me gustan los valientes, JR. Muy pocos se mojan.
Llamazares no es un político de corte tradicional, ni Rosa Aguilar. No son esos oradores que arengan a las masas con descalificaciones y demagogias. Por su trayectoria política están constantemente a pie de calle, sensibles a los cambios sociales. Son una formación cargada de tópicos ancestrales ("los rojos"), pero que ha sabido amoldarse a un reinado parlamentario cohabitando con su eterna desdicha.
Su mensaje nos llega inteligente y cargado de compromisos con el ciudadano, pero lamentablemente para muchos las papeletas siguen teniendo color a la hora de votar, las hay rojas y las hay azules. Un político con rango de estadista lo dijo: No se acabarán estos estereotipos hasta que gobierne una generación nacida en la libertad.
Ah, Caelio no está afiliado a ningún partido. Cojea siempre de la misma pierna.
Saludos JR.
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