No tengo ningún pudor en confesar que lo he perdido, el pudor digo.
Lo he ido perdiendo con los años,[solo me queda el referente al tacto rectal por el urólogo, que lo dejo para la próxima reencarnación] por eso ya no me importa reconocer que tuve la suerte de venir a este valle alla por 1953. Aclaro el tema de los años para que me comprendan lo que ahora les cuento.
A mis tiernos siete años, mi ídolo era Diego Valor, un personaje de tebeos, que junto con El Jabato, El Capitán Trueno y Hazañas Bélicas, componían mis lecturas de cabecera.
Todas las aventuras de Diego Valor transcurrían en los años dos mil y pico y yo soñaba con llegar a esos años para poder conducir coches voladores, tener amigos marcianos y enemigos verdes con escamas, teletransportarme y llevar ropa brillante y plateada.
Esta mañana me he despertado en el 2010, el año de mis sueños infantiles y he visto decepcionado que los coches siguen pegados al suelo, que mis amigos siguen siendo igual que yo, he comprobado que los "negritos" siguen pasando el mismo hambre, o más, que nos decían en el cole el día del "Domund", que siguen las guerras y no son contra malvados marcianos verdes, que sigue habiendo pobres en la calle y ricos que siguen sin hacer nada para remediarlo. Y de ropa plateada, nada de nada.
Vamos que llegar al futuro me ha dejado frío.
2010
Publicado por
J.R.Justo
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1 de enero de 2010
3 comentarios:
qué lejos estaba el 2000, qué lejos
Nce en Burgos.
Autor del libro Cabalgando con la Luz
Lo único que se te ha cumplido es tener amigos marcianos, porque la de gente rara que abunda en este planeta...
Yo pensaba que en el año 2010 sería una persona viejísima en un futuro psicodélico. Creo que no me equivoqué en mi predicción. :D :D
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