Al igual que la libertad de tu mano termina donde empiezan los derechos de mi cara, la libertad de expresión debe terminar donde empiezan los derechos y el respeto las personas.
Esto viene a cuento de la financiación con dinero publico, de dos libros del fotógrafo JAM Montoya, por parte de la Junta de Extremadura y donde se presentan diversas imágenes de Jesucristo, la Virgen María y otras figuras del cristianismo, de dudoso criterio artístico y por supuesto gusto.
Los gobiernos tanto autonómicos como central, deberían analizar con mas profundidad en que se gastan los dineros y no firmar la subvención sobre un documento, ignorando el destino de esos fondos, como supongo que le habrá ocurrido a Francisco Muñoz, Consejero de Cultura de la junta, que si hubiese dedicado algo de su tiempo a conocer el contenido de los libros, dudo que hubiera accedido a escribir el prologo de "Sanctorum", uno de los libros financiados.
La libertad de expresión no puede utilizarse como "patente de corso" para ofender a personas o creencias. Aún esta reciente la polémica creada por las caricaturas que un periódico danés publico sobre Mahoma y el mundo occidental defendió el derecho a su publicación acusando de intransigentes a los creyentes musulmanes. El caso es el mismo, con la diferencia de que los practicantes católicos no ponen bombas cuando se sienten insultados.
Adivina adivinanza: ¿a quien interesa sacar este tema que data de 1998 y máxime cuando el consejero de Cultura Francisco Muñoz se presenta como candidato a la Alcaldía de Badajoz en la próximas elecciones?
Arte y libertad
Publicado por
J.R.Justo
.
14 de marzo de 2007
1 comentarios:
Nuevamente comentamos temas comunes con perspectivas parecidas...
Espero que este comentario llegue, ya sabes que otros se han perido en el "hiperespacio"
Publicar un comentario