Phishing

. 27 de noviembre de 2007
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Necesito creer, para sobrevivir, que en todo acto de maldad siempre se esconde en la esquina mas oscura un liviano atisbo de bondad.

Suelo recibir entre las toneladas de correo basura diaria, correos como este [clic en la foto para agrandar], siempre me cuentan la historia de que el banco esta actualizando los datos de sus clientes y que les "regale" mis claves de acceso.

Los estafadores en cuestión deben de tener esa pequeña dosis de bondad que señalaba anteriormente y nos dan una oportunidad: Por favor lealó detenidamente...no ve que no tiene ni pies ni cabeza..que es evidente que es un texto falso...por favor no nos crea, solo queremos quedarnos con su dinero...como puede ni imaginar que su banco le mandaría un mensaje como este...usted usa internet, tiene un ordenador, algo sabrá sobre esto....Si de todas formas usted quiere entrar en la página falsa y darnos sus datos para que podamos robarle impunemente, Gracias.

A veces que difícil es ver la bondad.

4 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Yo busco esa bondad en los SPAM de Viagra que recibo, J.R. Justo...

Anónimo dijo...

¡Oh! Acabo de descubrir que alguien más recibe spam de Viagra. Yo no me atrevía a confesarlo, y pensaba que alguna de mis múltiples amantes me había jugado una mala pasada.

Anónimo dijo...

Pues os voy a contar una anécdota, esto es un spam pero no electrónico, si no FÍSICO. Durante una larga temporada, no sé si alguien con bondad o maldad, dio mis datos y estos fueron a parar a una base de datos de una empresa que comercializaba unas compresas para la incontinencia, ahora no recuerdo su nombre y mejor. En la tv lo anunciaba Concha Velasco. Y yo continuamente recibía en casa un paquetito con tres de las mismas.
¡me indignaba!
¡Yo, con incontinencia...!
¡Díos mío, a esta edad, pero que se habrán creido!
Tenía la opción de cabrearme, reirme, tirarlas a la basura...
Y por cosas de la vida aquellos ejemplares "prohibida su venta" dejaron de llegar

Anónimo dijo...

Yo recuerdo, con una sonrisilla en la boca, el caso de aquel "inocente" ciudadano que falsificó un ticket de la ORA, pero que, lo hizo tan mal, que no se consideraba delito porque cualquiera podía darse cuenta de que le falsificación en cuestión no engañaba a nadie, de mal hecha que estaba.

¿Alguien más recuerda el caso y si la persona en cuestión salió absuelta?

Un saludo.